by admin | Sep 3, 2014 | Uncategorized
…¿y el juicio del Señor Lobo?, ¡respetable animal de familia que tenia que salir a cazar para alimentarse!… A aquellos que vivimos en la época de los cuentos infantiles nos es muy sencillo recordar el cuento de una “pobre” niña que era devorada junto con su abuelita por lobo “malo y feroz” y que al ser “justamente” muerto en manos del “bondadoso” leñador, quien pudo sacar del vientre a tan inocentes víctimas, llenar de piedras el estomago a tan terrible animal y arrojarlo al río. Esa es la versión tan “hermosa” historia que mi madre me contaba. Que ¡malditos tan despiadados!, ¿y el juicio del Señor Lobo?, ¡respetable animal de familia que tenia que salir a cazar para alimentarse!, o sea, no soló lo mato, ademas lo descuartizo y continúo con el castigo del cuerpo ya sin vida llenándolo de piedras y arrojándolo al río. Pongamos de este modo las cosas: El Señor Lobo y la pobre Caperucita no eran animales de la misma especie. El Señor Lobo, no era mas feroz que cualquier otro carnívoro y la cual es la naturaleza de su especie, CARNIVORO, no herbívoro ni omnívoro. El Señor Lobo, no cría a otros animales para comerlos después ¡los caza!, así es, no los engorda y se preocupa por su sano crecimiento, ni los mima y chequea para matarlos “humanamente” y sin que “sufran”, para los quince de su hija. La señorita conocida como Caperucita Roja, andaba en el bosque ¡territorio del Señor Lobo!. La despiadada madre de la niña la mando sola a cruzar el territorio de este cazador. La abuela, necia...
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